Mis prácticas han sido desarrolladas en un aula del 1º Curso del Segundo Ciclo de Educación Infantil, que estaba compuesta por 25 alumnos, de los cuales 16 son niñas y 9 son niños.
El centro tenía establecido un horario fijo en todas las aulas para comenzar o finalizar la jornada escolar, ir al patio, salir a comer o entrar después de comer, ir al gimnasio, a la sala de psicomotricidad...
El aula no estaba organizado por rincones, aunque sí había zonas diferenciadas, como por ejemplo: zona de reunión, zona de juego, zona de trabajo, zona de la profesora...
El trabajo siempre se realizaba en las mesas de trabajo. La profesora dejaba a los alumnos que se colocasen en el sitio que quisieran, excepto en algunos casos.
La profesora establecía el orden diario de las clases, intercalando actividades de distinta ejecución, unas más movidas y otras más estáticas, para que los niños no cayesen en la monotonía.
En el aula se trabajaba por medio de unidades didácticas, programadas de antemano, ya que el centro obliga a seguir el material didáctico de la editorial SM.
Cada una de las unidades didácticas viene programada con sus objetivos, contenidos, canciones, poesías, temas transversales...
A parte de esto, la profesora empleaba su propio material (canciones, cuentos...).
La evaluación era diaria, a través de la observación. Se observaban los aspectos conceptuales, procedimentales y actitudinales, dando mayor importancia a éstos últimos.
La profesora llevaba un cuaderno de registro diario, por si observaba alguna anomalía.
En cuanto a la presencia de las nuevas tecnologías en el aula, he de decir que ha sido escasa, por no decir nula, ya que mi tutora de prácticas no mostraba interés por ellas.
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