REFLEXIÓN PERSONAL SOBRE 

EL PERIODO DE PRÁCTICAS

En este periodo de prácticas he experimentado que la teoría, se queda en una estructura de base, que debe ir ampliándose, paso a paso con la experiencia docente. Que no se puede ir como un piñón fijo, sino que debes ser flexible a lo que piden los alumnos en cada momento y teniendo en cuenta que muchas veces las cosas no salen como quieres y tienes que tener más recursos por si acaso falla lo que tenías pensado. Y que aunque tú te propongas unos objetivos para cada sesión, al final en una sesión acabas tocando todos, porque el uno te lleva al otro.

He comprendido lo importante que es conocer a los alumnos, porque cuando me sentaba a trabajar sola con los alumnos que más ayudan necesitaban, ellos me hacían ver que no todos los alumnos son iguales y por tanto, que no se puede tratar a todos los alumnos por igual, porque unos necesitan bastante más motivación que otros y que si no se les empieza motivando en casa, por parte de los padres, al colegio llegan sin motivación alguna y sin ganas de trabajar y aprender. Lo que ha hecho que me dé cuenta de que muchas veces los padres pasan toda la tarea de educar a sus hijos a los profesores.

En definitiva, creo que he aprendido muchísimo, ya que aunque parezca una labor fácil el trabajar con los más pequeños, requiere una atención constante y una continua formación, ya que estás pasando un largo periodo de tiempo con las personas que más quieren los padres y que dejan en tus manos y bajo tu responsabilidad, para que les enseñes, les eduques y les cuides, lo cual hace más importante tu labor.